Con este workshop se pretendía acercar a los alumnos lo que
significa tener un animal, en este caso, un perro, por ello, y para saber sus
ideas previas y ver cómo habían ido cambiando a lo largo de estos tres días se
decidió comenzar con una rutina de pensamiento: “Antes pensaba…, ahora
pienso…”. Consideramos importante tener conocimiento acerca de los cuidados,
responsabilidades y obligaciones que implica y, acercarnos un poco más a ello a través del
cuidado de una perra, Himba, que estaría con nosotros a lo largo de los tres
días del taller y serían ellos los completos responsables de su cuidado. Es por
ello que teníamos que vigilar que siempre tuviera agua fresca, acordarnos de
las horas de sus comidas, sacarla a pasear para que hiciera sus necesidades,
cepillarla, bañarla y tratarla adecuadamente. Para esto último fue necesario
conocer la historia de Himba, puesto que fue una perra callejera usada para abastecer
a su zona de camadas, paría en cada celo, pasó tanta hambre que incluso llegó a
comer piedras por lo que determinar sus edad a través de los dientes fue un
poco complicado y, además, fue maltratada. Algunos de sus miedos los ha
superado después de nueve años (que son los que lleva adoptada), pero hay otros
de los que no ha conseguido olvidarse. Teniendo en cuenta su vida antes de ser
rescatada (unos tres años aproximadamente) supimos más fácilmente como debíamos
de tratarla para que se sintiera cómoda.
A raíz de la vida que tuvo nuestra compañera durante estos
días comenzamos a sumergirnos en el día a día de los refugios y protectoras de
animales, conocimos cómo funcionan, cómo se mantienen económicamente, algunas
historias particulares y distintas formas de colaborar con ellos, como puede
ser donar toallas y mantas viejas, sacos de pienso o medicinas que nuestros
perros ya no necesiten, apadrinar o amadrinar a un perro, ofrecernos como casa
de acogida temporal o permanente, etc. También conocimos la importancia de la
esterilización y tener al día las vacunas de nuestras mascotas, como anécdota
pudimos ver una cartilla de un perro y cómo son los análisis en ellos. Todo
esto nos sirvió para conocer la problemática del maltrato animal y
trabajar la educación emocional
expresando lo que nos hacían sentir situaciones determinadas así como poner en
práctica la empatía, valorando todos los tipos de vida.
También conocimos terapias con personas en las que son
empleados los animales porque se han comprobado sus numerosos beneficios,
conocimos cómo son entrenados los perros guía, cómo es su vida y que al
jubilarse se pueden adoptar.
Como visita tuvimos a Lúa que es una vecina de Miño que es
casa de acogida de ciertas protectoras. Además, nos trajo a Pluto y nos contó
su historia, un perro callejero también, que por un accidente quedó ciego y
hubo que volver a enseñarle todo para que pudiera volver a ser autónomo.
Para terminar estos días elaboramos identificaciones personales y folletos
informativos con todo lo trabajado a lo largo del workshop (formas de ayudar a
los refugios, coste de un perro, tiempo que hay que dedicarle…) y decidimos
bajar al paseo marítimo a concienciar a la gente que se encontraba paseando por
allí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario