La
Cuaresma es un tiempo para convertirnos, es decir, para prepararnos para
recibir a Dios en nuestra vida y permitirle entrar en nosotros. Es un momento
para comenzar de nuevo desde los valores de amor, gratitud, reconciliación y
del reconocimiento.
Durante estos días hemos intentado agradecer, sabiéndonos afortunados de formar parte de ese sueño de Don Baltasar y del que hoy sin duda formamos parte, hemos intentado recuperar la amistad con Dios y con nosotros mismos y hemos celebrado en honor a nuestro patrón y ahora, nos tocó parar y reflexionar. El reloj de esta semana nos invita a que el corazón, vaya despacio, medite, reflexione, ame y se oxigene a la sombra del Corazón de Cristo.
Por este esta semana, todos los alumnos del colegio hemos tenido sesiones de interioridad dirigidas a parar, pensar y tener un diálogo con nosotros mismos y con Dios desde nuestro corazón.
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