En la Edad Media, la vida de las personas estaba fuertemente vinculada a la naturaleza por lo que comenzamos la primera jornada trasladándonos al Medievo en el momento actual, equinocio de primavera, tiempo de PARAR y de CELEBRAR.
El ciclo solar señalaba los puntos claves de supervivencia. Actualmente sigue imbuyendo nuestra vida, marcando toda una serie de rituales y celebraciones que, naciendo en un principio paganas, se fueron cristianizando.
Situando el momento de luz en el que nos encontramos, elaboramos unas coronas de laurel y olivo, árboles poderosas en la Edad Media y en plena transición en el equinocio de primavera.
El segundo día contamos con la visita de Rosalía Bermúdez, herbalista y autora del libro "7 hierbas mágicas". Nos guió un paseo didáctico en el que recolectamos y aprendimos a identificar hierbas de nuestro entorno con propiedades medicinales utilizadas en la Edad Media. Descubrimos las propiedades del laurel, del olivo, de la ortiga, del romero, de la menta, del llanté y del fiuncho.
El jardín del colegio, asegura Rosalía, por la presencia del roble, del tejo y del olivo sería considerado un "lugar sagrado" en la Edad Media. Nuestros antepasados cuando se relacionaban con estos árboles sagrados lo hacían para realizar rituales y celebraciones. Como en aquella época y cobijados bajo el roble, celebramos el ritual del preludio de verano, bailando alrededor de la corona de olivo; honrando, agradeciendo y pidiendo por la fertilidad de la tierra.
Terminamos la mañana elaborando la receta "Agua de la reina de Hungría", remedio que hizo revivir a Isabel de Hungría de su convalecencia de artritis y gota. Utilizamos alcohol de farmacia para extraer las propiedades medicinales del romero, menta y limón.
En la última jornada extrajimos las propiedades del llantén con azúcar y las de la ortiga y romero con ron blanco para elaborar, respectivamente, un jarabe expectorante y un tónico capilar.
Finalmente, diseñamos y etiquetamos nuestra "botica particular".
No hay comentarios:
Publicar un comentario