lunes, 8 de junio de 2009

BLANCANIEVES Y LOS SIETE ENANITOS

Nuria Rico Alonso  1º ESO



Érase una vez, no hace mucho tiempo, vivía en un alto edificio de Galicia, una chica llamada Blancanieves. Blancanieves vivía en un dúplex alquilado a su madrastra. A Blancanieves le gustaba su vecino del quinto, Eduardo, que era médico, pero nunca le decía nada.

Un día, por culpa de la crisis, Blancanieves no pudo pagar el alquiler y la madrastra la echó de casa. Blancanieves buscaba piso, pero ninguno se ajustaba a su sueldo de limpiadora. Al día siguiente la echaron del trabajo porque veía mucho la televisión y no hacía sus tareas. Dos días después se acordó de que mientras trabajaba, había visto el anuncio en la televisión de “Enano busca esposa” y pensó que sería bueno encontrar un buen marido con el que superar la crisis. Entonces envió una carta al programa. A los dos días le respondieron siete enanos que vivían en el campo. Blancanieves fue al programa, le presentaron a los enanos, pero no eran lo que ella se esperaba: siete enanos despedidos de la mina que vivían todos juntos en una pequeña casita y que lo que más les gustaba era hacer el vago y comer puchero gallego. Al principio, Blancanieves pensaba que le estaban tomando el pelo, pero era verdad. Tendría que pasar ocho días viviendo en una mini casa, con siete enanos hasta que se acabara el programa.

Blancanieves no soportaba los olores y los trabajos del campo, y aunque le encantaba pasear por él, no sabía lo que era trabajarlo.

La madrastra se enteró de que su hijastra se estaba haciendo famosa y quiso deshacerse de ella, y no se le ocurrió mejor cosa que enviarle una cesta con frutas envenenadas. Cuando Blancanieves recibió la cesta, pensó la madrastra no era tan mala persona. Cogió una manzana que tenía muy buena pinta y le metió un buen mordisco. En cuanto la mordió se desmayó y los enanitos que también estaban con ella, llamaron inmediatamente al Hospital Universitario de A Coruña, donde trabajaba su vecino.

Al llegar al hospital, le atendieron con rapidez muchos médicos, y entre ellos estaba Eduardo, su vecino. Blancanieves estaba tan afectada que le dio un gran ataque y dejó de respirar. Pero en ese instante, Eduardo le empezó a hacer el boca a boca y al cabo de unos segundos se despertó. Blancanieves y Eduardo se dieron cuenta de que estaban hechos el uno para el otro y decidieron casarse.

Se casaron, y vivieron felices por siempre jamás.

2 comentarios:

  1. ¡El cuento es precioso! Me encanta, muy original, se nota quien escribe :D

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  2. Me encanta.
    Felicidades a la autora.
    Perdón por no haberlo leido antes.
    Una que está muy ocupada.Jajajaja...

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