lunes, 8 de junio de 2009

El soldado de plástico

Por José Salvadores Aristegui. 3º ESO


(adaptación del cuento “El Soldadito de plomo”)



Érase una vez un Action man al que le faltaba una pierna. Convivía con otros juguetes en el cuarto de Pepito, su enemigo era Ken el novio de la muñeca Barbie de quien el Action man estaba enamorado desde que llegó. La Barbie bailarina y el Ken eran de la hermanita pequeña de Pepito, Palomita. Ella jugaba todo el tiempo con sus muñecas y a veces le quitaba a Pepito el Action man para hacer de malo en sus juegos.

El Action man era un paracaidista del ejército del Aire, se lo habían regalado por su cumpleaños y Pepito no paraba de jugar con él.  Uno de sus juegos favoritos era tirarlo por la ventana agarrado por un cordel, mientras su hermanita esperaba abajo a que el paracaidista aterrizase.  Un día en que Pepito no estaba, su hermana quiso jugar con el muñeco y al tirarlo por la ventana no se abrió el paracaídas. Se le rompió una pierna que quedó despegada del cuerpo pero sujeta por los pantalones que llevaba.

Por la noche en la habitación de juegos de los niños los juguetes cobraban vida y hablaban entre ellos. Desde que el Action man se quedó cojo el Ken no paraba de meterse con él. La Barbie bailarina se compadecía de él y le animaba. Al final el Ken discutió con el Action man y acabó tirándole por la ventana abierta al río que pasaba por debajo.

A la mañana siguiente, Pepito fue a buscarlo y no lo encontró. Rebuscó por toda la casa pero no aparecía. Le echó la culpa a su hermana porque ya se lo había cogido sin permiso una vez. Aunque estuviese roto, seguía jugando con él y lo tiraba aún con su  paracaídas. Desde ese día utilizó al Ken en su lugar. Su hermana protestaba pero sus padres le dieron la razón.

Por la noche, Ken se quejaba de los tortazos que se daba contra el suelo, porque él no estaba tan preparado como el paracaidista. Barbie se acordaba también del pobre muñeco y le echaba de menos. Seguía muy enfadada con Ken a quien ya casi no hablaba.

También Pepito y Palomita añoraban al muñeco, era el juego más divertido que tenían. Un día, al verlos tan tristes y aburridos, su padre les dijo que les llevaba a pescar al río. Fueron con sus cañas de pescar y el primero en lanzar el anzuelo fue el niño, que enseguida notó que algo tiraba fuertemente. Pensaron que era un pez enorme y su padre tuvo que ayudarle a tirar del sedal para que éste no se rompiera con la fuerza. Poco a poco fue sacando lo que estaba enganchado pero se dieron cuenta de que no era un pez porque no se movía, solo que ofrecía resistencia porque era muy pesado.

Al dar el último tirón con la caña ¡qué alegría tan grande tuvo Pepito!, al final del sedal, enganchado al anzuelo estaba su Action man. Tenía la ropa algo rota pero estaba perfecto. Se fueron corriendo a casa para enseñárselo a su madre.

Esa noche en el cuarto de juegos los muñecos organizaron una fiesta de bienvenida al muñeco. Barbie sacó a bailar a todos los juguetes, menos a Ken.  De todos modos el antiguo novio de Barbie ahora ya no podía bailar porque se le habían roto las dos piernas al practicar paracaidismo.  Ahora los dos muñecos  charlaban animadamente mientras los demás daban saltos de alegría a su alrededor para festejar el regreso del Soldado.

FIN.

No hay comentarios:

Publicar un comentario